Morir para vivir

MORIR PARA VIVIR
Por: César Daniel Delgado

¿Y si el destino inevitable ya no lo fuera?
La luz de la vida aparece sin sentido aparente,
Una aleatoriedad inentendible que nos permite vivir,
La implacable rectitud de las ideas creadas no nos ha tocado,
Somos felices, somos humanos.

¿Y si el final no existiera en el diccionario?
Caminamos por el mundo, todo es novedad,
A veces pena, siempre alegría,
También es dolor, molestia necesaria, tortura experimental,
Vemos, tocamos, olemos,
El mundo parece pertenecernos, espera que lo exploremos.

¿Y si la parca renunciara a su arma implacable?
La vista se eleva cada día, hasta alcanzar una cima particular,
Un espejo de dos caras aparece sin pensarlo,
Siempre se interpone al encontrar otro humano,
Es duro como el diamante, brillante como el acero,
Es glorioso y a la vez pesado, un adorno y un peligro acechante.

¿Y si la existencia no significara existir sino vivir?
Debes hacer algo en la vida, pues vas a morir algún día.
Sé alguien, prospera, deja huella, te dicen los mayores.
¿Para qué, si las hojas del calendario caerán, una por una?
No importa lo que haga u omita,
¿Por qué, si los relojes no pararán, aunque dejen todos de existir?
Soy un grano de arena perdido en la playa.
¿Qué gano, si la naturaleza acabará conmigo y con todos?
Haga lo que haga, todo se perderá en el infinito.

¿Y si la vida fuera eterna, inmaculada?
Todas las dudas, leves o correctas, pueden ser resueltas,
No hagas preguntas cuya respuesta no quieres escuchar,
Si la muerte nos temiera, ¿quién impulsaría nuestro espíritu?
La incertidumbre nos mueve, nos impulsa,
Saber que hay algo desconocido, imposible de prever,
Mueve nuestro cuerpo, excita el alma.

¿Y si sólo venimos para vivir sin rumbo fijo, sin un libreto predefinido?
Nacemos y morimos, inicio y final comunitario.
No requiero ir más allá, buscar lo innecesario.
¿Para qué, si el viento no dejará de soplar?
La carne y los huesos se convertirán en polvo.
¿Por qué, si el universo engulle nuestra ínfima existencia?
Somos una gota de agua en un mar perenne.
¿Qué gano, si todo lo conocido será destruido para nacer de nuevo?
El olvido es nuestro destino.

¿Y si la certeza de la expiración es la madre de mi inspiración?
Crece el cuerpo, no siempre la mente,
Blancos cabellos aparecen, un lento andar nos domina,
La meta no buscada, cada vez más cerca está,
Tic, tac, tic, tac,
El retumbar del tiempo en el horizonte aparece ya.

¿Y si debía buscar algo, ser alguien, ser humano?
La vida es perfecta, como la madre naturaleza,
Pero ya no hay tiempo, se ha acabado.
Las personas cercanas vanaglorian mis logros, endulzan mi oído.
Recuerdan mis triunfos, que son más de ellos que míos,
No hay marcha atrás, he perdido.
Apagada está la luz de mi alma, como siempre estuvo.

¿Y si…?
Es vano dudar de la existencia,
Pero más trivial es justificar su insustancialidad,
Ama, camina, ríe, llora,
Construye, transforma a tu manera,
Vive la vida sin maltratar a nadie,
Que vivir con sentido es lo más hermoso que podrás hacer antes de morir.

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